
Podía ver a una gran distancia, y todo allí abajo estaba lleno de vida. Un banco de peces de venas luminosas como neón; los corales, que oscilaban con la corriente creando una coreografía de luz y oscuridad; incluso lo que imaginé sería plancton, una lluvia de polvo luminoso que inundaba toda la masa marina. Me miré a mí misma, a mi cuerpo y, de alguna forma, supe que eso era lo que esperaba ver.
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