sábado, 15 de octubre de 2011

En el fondo todos somos iguales

 De forma instintiva, abrí los ojos al sumergir mi cara en el océano. De alguna forma, sabía que podía ver. No me refiero al sentido de la vista humano, sino más bien a una nueva forma de mirar, que formaba parte de mi reciente identidad acuosa. Fue entonces cuando me di cuenta de que exploraba diferentes formas de espiritualidad, había llegado a la convicción de que hay una energía que subyace a todo ser, vivo o inerte. Era una idea romántica para expresar mi vínculo con todo. Lo que no sabía es que esta energía, esta materia común a todo lo existente, era ¡agua! Qué cosa tan particular… una cosa es creer y otra es verlo con tus propios ojos. Ante en los míos se desarrollaba una increíble danza submarina poblada de seres que lo sabían, tenía la certeza de ello, eran iguales a mí.
Podía ver a una gran distancia, y todo allí abajo estaba lleno de vida. Un banco de peces de venas luminosas como neón; los corales, que oscilaban con la corriente creando una coreografía de luz y oscuridad; incluso lo que imaginé sería plancton, una lluvia de polvo luminoso que inundaba toda la masa marina. Me miré a mí misma, a mi cuerpo y, de alguna forma, supe que eso era lo que esperaba ver.

sábado, 27 de agosto de 2011

Recuerdo

Te recuerdo cada instante, cada segundo, cada minuto, cada hora del día, pareces una droga, una droga como ninguna, una droga que no te deja salir de mi pensamiento, no sé que eres pero me gusta que estés en mi cabeza, me hace sentir bien, hace que quiera hablar contigo en todo momento pero no puedo por qué sé que no eres real, no puedes oír lo que te grita mi corazón, no puedes sentirme, eres una droga dañina, una droga especial, que me hace observarte como una acosadora, observo cada uno de tus insuperables rasgos con detenimiento para que nunca se borren de mi mente, quiero esperarte, comprenderte, animarte, escucharte, reírme contigo, quiero ver desde tus ojos tu corazón, quiero tocarte, olerte, abrazarte, besarte… quiero estar junto a ti aunque solo sea un segundo, un segundo efímero si quieres pero, poder verte, poder observar tus ojos, tu delicada sonrisa, poder sentir esa cosa que te hace tan especial, espero ese segundo como un bebé su peluche, ese segundo que probablemente nunca llegará tal vez…
Tu, la única que detecta cuando estoy mal, la que hace que en ese momento te necesite más que a nada, recuerdo como me hacías reír, reír y no borrar mi sonrisa de la cara. Increíble esa es la palabra que mejor te define, increíble la adicción que me has hecho tener en tan poco tiempo, droga maldita, por más que intento dejarte no puedo, te tengo en mi cabeza, como un sueño por cumplir, como una luz, como un niño que tiene un nuevo cromo, pero no un cromo cualquiera, droga, droga que me hace pensar cómo dejar de recordar, ¿cómo no recordarte, si te tengo entre mis pensamientos? No quiero olvidarte jamás, tú me estimulas, cómo puedo pensar que encontrare otra droga que me haga pensar de distinta forma, si tú eres la única que deseo en este momento…
Droga, deseo verte de nuevo, me gusta todo de ti.
Me gusta tu sonrisa, droga humana que engancha, no me obligues a dejarte, porque no quiero. Pienso que todo esto lo digo porque me he enamorado de ti,  porque eres preciosa, pero eres una droga, solo eso, no eres real, me deprimo, me derrumbo, me despierto de este sueño que me has hecho imaginar, Te quiero.

martes, 16 de agosto de 2011

El único arrepentimiento

Que cosas tan particulares le haces a mis sentidos que aún en mi momento más profundo de vigilia logras aflorar, es increíble como sin verte, sin escucharte, siquiera sin extrañarte recuerde a la exactitud las dimensiones de tu abrazo, la calidez de tu sonrisa y la picardía itinerante de tus ojos de mar.


 Me es extraño sentirte conscientemente y aceptar que hoy pasarás todo el día dando  vueltas en mi cabeza, en contra de mi voluntad; tal vez mi alma masoquista decida escuchar melodías de aquellos tiempos en los cuales entre la lluvia y la noche sólo existíamos tu y yo.




Fue sólo hasta el día de hoy que comprendí que aquella frase de “uno nunca debe arrepentirse de las cosas que no hace” es una de las más hipócritas si la pienso en aplicarla a tu irresistible arrogancia; mi cometido es exorcizar un poco mi alma al gritarte a los cuatro vientos, aunque no escuches jamás, que el no haberme perdido en tus ojos por siempre es además de una gran interrogante… mi mayor arrepentimiento

lunes, 15 de agosto de 2011

Poeta interminable,

 inspiración oculta que se esconde en los rincones de mis  sueños;
 tímidos ojos que con picardía trepan mis ilusiones,
dejando entrever en la vigilia todo un mundo nuevo donde tu voz y mi corazón hacen una canción en perfecta sincronía,
 entre acordes imperfectos viaja la  enmudecida  impaciencia, hacía la posibilidad de tenerte y desvelar en una mirada el campo de girasoles que esperan sólo por tu palabra.